Siria, la última trinchera de los chiítas

Bashar al Assad.

No era difícil de predecir, hace casi dos años, que en menos de una intervención decisiva de Occidente, la situación en Siria degeneraría y pondría en riesgo la estabilidad de todo el Medio Oriente. La intervención no ha llegado, con los EE.UU. quemadas por el triste final de lo que se hizo en Irak y Afganistán. Y otros países no son capaces de impartir un cambio radical a la situación.

Bashar al-Assad.

Intervenir medio año o un año atrás, ya sea directamente oa través de una tercera de las Naciones Unidas, habría significado para acaparar el dictador Bashar al-Assad y obligarlo a reconocer la oposición, que entonces todavía era intérprete del deseo de libertad y democracia. Hoy está claro que la oposición a Assad y su dictadura alauí ha sido sustituida por grupos sunitas armados de inspiración wahabí y las células terroristas de Al Qaeda que se pueden tomar de ninguna manera de garantizar una futura transición democrática. Mientras tanto, las masacres de las tropas leales a Assad y las de guerrilleros islámicos han producido casi 90.000 bajas, por lo que es imposible, dijo a la reconciliación nacional, pero cualquier forma decente de conversaciones político-militares.

Pero aún más grave son otros dos aspectos. La primera es la siguiente: en los dos años que han transcurrido, el conflicto sirio ha cambiado de naturaleza. Empezó como una lucha por una mayor libertad, continuó como una revuelta de la mayoría sunita contra la opresión de la minoría alauita, se ha convertido en una batalla de los chiítas de Irán, Siria y el Líbano (que son una minoría en el mundo musulmán, sobre 10% del total) para evitar ser sofocado por el predominio de los sunitas, los grandes tenedores de la riqueza del petróleo y de los fieles escuderos de los EE.UU., desde Arabia Saudita a Jordania.

E ‘todo esto, hoy en día, para poner en tela de juicio la estabilidad residual de Oriente Medio. El control de los chiítas desde tiempo inmemorial el llamado Creciente Fértil, que es el arco que marca el camino de Abraham a la tierra prometida, al sur de Irak a Israel a través precisamente de Siria y el Líbano. Los terribles acontecimientos de Siria hoy en día no debe distraernos demasiado. La guerra de resistencia de los chiítas en Irak ha disminuido incluso en tal prisa declaró “pacificado” y “democrático”. Como un Irak democrático ahora controlado por los chiíes no es poco, pero acabo de leer la noticia de entender lo que está pasando: de arilo y mayo, las bombas han acabado con más de 1.000 civiles chiítas iraquíes en toda práctica o chiíes iraníes en peregrinación en la ciudad botón (por chiítas) de Irak.

En esta batalla real se siente toda la alarma de Israel. Después de pasar años para llorar “lobo” por las ambiciones nucleares de Irán frágiles, el estado judío se encuentra hoy en las puertas de una amenaza muy “tradicionales”, desde el punto de vista de la guerra, pero concreto y potencialmente mucho más dañino. También debido a que el régimen de Assad con Israel nunca había corrido riesgos graves y no se preocupe había mantenido los Altos del Golán, que se obtiene durante la Guerra de los Seis Días (1967). Ahora el gobierno israelí puede ciertamente están en contra de Assad, con el riesgo de represalias, sin embargo, Hezbollah sirio o libanés, cada vez más involucrados en el conflicto, y con el temor de que, en el caso de una caída de Assad, el futuro régimen en Damasco es más fundamentalista del el alauí y si es posible incluso menos sensible a las razones de Israel.

Hay otro elemento que debe hacernos pensar: resistencia a Assad. Durante muchos meses, el portavoz de los EE.UU. e Israel como algo inevitable y anunció su próximo otoño. Pero Assad sigue ahí, en Damasco. Y sus tropas sobre el terreno, en todo caso, están poniendo al día. Es s cierto, Rusia y China no han dejado de ayudarlo. Irán lo apoya con las armas, la milicia Basij y las actividades de los servicios secretos. Pero también lo hacen los rebeldes con los EE.UU., Arabia Saudita, Turquía, Qatar … Así que para mantener vivo Assad debe aportar algún otro elemento. Y si era que muchos sirios son más miedo del futuro sin él en el pasado con él?

Fulvio Scaglione

Mi chiamo Fulvio Scaglione, sono nato nel 1957, sono giornalista professionista dal 1983. Dal 2000 al 2016 sono stato vice-direttore del settimanale "Famiglia Cristiana", di cui nel 2010 ho anche varato l'edizione on-line. Sono stato corrispondente da Mosca, ho seguito la transizione della Russia e delle ex repubbliche sovietiche, poi l'Afghanistan, l'Iraq e i temi del Medio Oriente. Ho pubblicato i seguenti libri: "Bye Bye Baghdad" (Fratelli Frilli Editori, 2003) e "La Russia è tornata" (Boroli Editore, 2005), "I cristiani e il Medio Oriente" (Edizioni San Paolo, 2008), "Il patto con il diavolo" (Rizzoli 2017).

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